Uno pensaba que la separación de la mejor pareja de todos los tiempos se produciría al primer síntoma de debilidad en su reinado, pero afortunadamente para ellos, o como mínimo para uno de ellos, el acontecimiento se ha adelantado en el tiempo. Belasteguín y Juan Martin Díaz han ganado 4 de los 6 torneos disputados esta temporada, porcentaje similar al de las últimas campañas y solamente desdibujado por una serie de lesiones e infortunios el pasado año.
Belasteguín y JMD abdican de su trono por voluntad propia debido al desgaste acumulado después de 13 temporadas. No creo que debamos buscar más allá. Cualquiera que haya competido durante años con la misma pareja entiende que esa es una razón poderosa que puede superar la fría estadística o los intereses comerciales. Incluso diría más, 13 años son un record de longevidad que solo se entiende por unos resultados fuera de lo normal. Unos números escandalosamente espectaculares que han servido de bálsamo para los habituales roces de cualquier pareja. No hay más.
Si el pádel se consolida a nivel internacional y se convierte en un deporte de los que juegan en la liga de los grandes, Belasteguín y JMD serán recordados como lo son los 4 mosqueteros del tenis francés o Rod Laver. Se han ganado pasar a la historia del pádel. Otros vendrán y conseguirán hazañas también increíbles, se batirán probablemente sus records, pero ellos siempre serán parte fundamental en la profesionalización del juego. Y ese activo no le puede corresponder a nadie más.
La vida sigue y empieza la Era post Belasteguín – JMD. Y es en este momento donde cobra vital importancia el momento elegido para la separación. La situación es muy clara, clarísima. Y también interesante, muy interesante. Quizás no para el neófito o para el común de los seguidores del WPT. Pero sí para cualquiera de los jugadores implicados. Belasteguín y JMD salen al mercado y solo nos falta saber si lo hacen como aquella top model a la que todos se rifan para desfilar en las mejores pasarelas o como aquella a la que el tiempo, tan cruel en esa y otras profesiones, ya solo coloca en disposición de anunciar marcas de coche de mayor o menor renombre. Una cosa sí es evidente: si la ruptura se hubiera producido un tiempo después, tras varias derrotas, solamente quedaría elegir la marca de coche o el champú de turno.
La clave, pues, es si el mercado sigue considerando a JMD y Belasteguín como las reinas de la pasarela (cosa que yo sigo pensando que es así). Pero ¿Quién es el mercado? ¿Quiénes son los que deciden qué modelos desfilan en París o Nueva york? Evidentemente solo pueden ser el resto de cracks capaces de aupar a Belasteguín o JMD al cetro mundial. Ese mercado queda reducido pues a los jugadores que están inmediatamente detrás de los número 1 en el ranking: Pablo Lima, Sanyo Gutiérrez para Belasteguín y Juani Mieres y Maxi Sánchez para JMD. Otros nombres como Cristian Gutiérrez, Matías Díaz, Miguel Lamperti o Paquito Navarro aparecen en el horizonte pero siempre en segundo plano.
Si Pablo Lima o Sanyo Gutiérrez, sin duda los 2 mejores jugadores del circuito junto a Belasteguín y JMD y por ende los que tendrán más capacidad de elección, siguen considerando a Belasteguín como el mejor jugador en el revés, no tengo la más mínima duda de que uno de ellos será su nueva pareja. JMD podría elegir a Mieres o Maxi como opción más inmediata o apostar por algún jugador no tan acostumbrado a los éxitos pero sin duda con gran potencial como serían Paquito Navarro o Miguel Lamperti.
Suceda lo que suceda, nos dice adiós la mejor pareja de la historia, compuesta por los dos mejores jugadores de la historia y se abre un nuevo tiempo en el pádel profesional, algo de lo que el circuito estaba necesitado. Un tiempo en que las nuevas parejas y las que se mantengan, conformadas por los nombres citados y el resto de grandes jugadores, tendrán su oportunidad partiendo de 0. Pero de momento aprovechemos los 10 torneos que restan de la actual temporada para disfrutar los reyes del pádel.